Metta

Un amor más allá del Supremo: Un tributo a METTA

Por Thien Nguyen Huu

Desde que empecé a recorrer el camino budista, la práctica de metta (amor bondadoso) se ha vuelto cada vez más una parte importante en mi vida. Si hubiera una práctica que yo diría que es la práctica que, a mí ver, tiene mayor alcance, tendría que ser la de la meditación sobre la bondad amorosa. Los beneficios de esta práctica se vuelven más claros cuanto más se profundiza la comprensión y práctica de la misma. Para mí, metta se ha convertido en una pequeña pero poderosa revolución. Metta me da otra opción, otra manera de responder, a personas, a situaciones, sucesos, yo mismo. Es algo práctico que puedo desarrollar y movilizar para la guerra dentro de mi mente. Con demasiada frecuencia nuestra mente se inunda con impaciencia, frustración y juicio, o lo que es peor, la tristeza, la ira, el rencor, el odio, la rabia. Metta es a menudo la única protección contra las raíces del sufrimiento, y es mucho más que eso: un oasis de esperanza, una buena medicina, un recordatorio para que seamos amorosamente conscientes, y una bendición.

Sin embargo, el aliviar el sufrimiento y nutrir la felicidad no es sólo una bendición, sino una vivencia real de liberación. Dado que metta nos proporciona otra manera de pensar, en consecuencia nos da otra manera de actuar y vivir, tanto individual como colectivamente. De esta manera, es algo inmensamente positivo, amoroso y lleno de esperanza. Metta entonces puede ser una fuente de alegría y una contribución a la justicia social y personal. Es un contraste con una forma de vida y un mundo humano que a menudo está dominado por la negatividad, el odio, la desesperanza, lo brutal. En medio de esta situación, metta es el acto concreto de entrenar nuestra mente para ser más amoroso y expresar esta bondad amorosa. Los beneficios positivos de este sencillo acto creo que son ilimitados e inconmensurables.

Entonces, ¿qué es metta, exactamente? Metta se define como el fuerte deseo por la felicidad y el bienestar y liberación de todos los seres vivos, empezando en primer lugar contigo mismo, y la capacidad de actuar basado en este deseo. El deseo por tu propia felicidad y el bienestar no sólo es la base para la práctica de metta, y el camino de Buda, sino también la base para tu propia felicidad y todas las acciones positivas que haces por el resto del mundo. En el corazón de la práctica yace un fuerte deseo por la felicidad y el bienestar de los demás y el acto concreto de promover su felicidad y bienestar. Metta es, pues, muy diferente de la visión convencional de Hollywood del amor, que por lo general está asociada con la lujuria, el deseo, la posesividad, la condicionalidad y el interés propio. Y a diferencia de “respeto,” que es tan condicional y relativo, es tanto incondicional como lo es constante. Metta es, de hecho, radicalmente diferente de la mayoría a lo que nosotros estamos acostumbrados. Es un amor que no tiene límites y no se basa en las relaciones, la identidad, la clase, personalidad, o situación de vida; usted irradia hacia todos los seres vivos sin distinción. Puede ser descrito como un amor incondicional universal, ya que persigue la felicidad de todos los seres vivos, literalmente todo el universo, sin buscar nada cambio y sin límite.

Simplemente pregúntese cuándo fue la última vez que contempló la felicidad y el bienestar no sólo de su familia, amigos, pareja, ¿sino de todos los seres vivos? Metta es este pensamiento de amor abarcador que se cultiva y repite una y otra vez; es la formación continua de nuestras mentes y la expansión de su capacidad de ser más cariñoso y amable. Considere lo poderoso que puede ser este simple hecho. Cada vez más se me hace más clara la importancia de la profunda expresión de una actitud positiva y amorosa en todo lo que hacemos en todo momento y lugar. La práctica de la meditación metta debe ser una expresión y fuerza continua si realmente deseas beneficiar a todos los seres vivos, o al menos a los que te rodean. En el nivel más fundamental, a veces lo más positivo que se puede hacer es cultivar una actitud de cordialidad, amabilidad y bondad e irradiar ésta a tu entorno, y además practicar metta en cada oportunidad disponible. Y durante esos momentos en que se hace más difícil practicar – por ejemplo, cuando estamos pasando por un momento de ira, frustración, miedo – estos son los momentos en lo que debemos practicarlo más.

En nuestra vida, momento tras momento, tenemos una opción o de bien ser una expresión viva de nuestra negatividad y sufrimiento, o una expresión de nuestra positividad, alegría y bondad amorosa. Me gustaría poder empezar a describir cuán liberadora puede ser esta práctica, y por qué tengo tanta fe y confianza en ella como un medio para transformar nuestras vidas. Creo firmemente que al inundar nuestras mentes con bondad amorosa, podemos inundar al mundo con bondad amorosa, para el beneficio de nosotros mismos, nuestros seres queridos, y todos los seres vivos.

Qué tú y todos los seres en todas partes conozcan la felicidad, la libertad y la paz.

22 de octubre 2007