Shanti Senta

En el Harijan, en marzo 26 de 1938, Gandhi escribió:
“El Congreso debe estar en condiciones de establecer un ejército no violento constituido por no pocos miles de voluntarios, sino cientos de miles, que serían equivalentes a todas las ocasiones en las que se requiere de la policía y los militares. Por lo tanto, en vez de un solo Pashupatinath Gupta, que murió intentando asegurar la paz, debemos ser capaces de producir cientos. Además, un ejército no-violento actúa, a diferencia de los grupos armados, tanto en tiempos de paz como de disturbios. Estarían constantemente involucrados en las actividades que imposibilitan los disturbios. Su deber sería el de buscar ocasiones de encuentro entre las comunidades en conflicto, promoviendo la propaganda de la paz y la participación en actividades que los traerían y mantuvieran en contacto con todas las personas – hombres, mujeres, adultos y niños – en su parroquia o división…”

Shanti Sena, o “ejército de paz,” fue una solución propuesta por Gandhi para la gestión de los conflictos mediante la no-violencia, en contraposición directa con el método más tradicional del “poder de amenaza” empleado por los oficiales de la ley y el Estado. Su idea era de reunir voluntarios capacitados que habitaran en las comunidades a las que servirían como ‘terceros,’ que podrían, por ejemplo, reducir rumores que a menudo exacerban conflictos, y, sí es necesario, como se dijo en la cita anterior, llevar a cabo lo que hoy es conocido como la interposición entre las partes en un conflicto. El concepto Shanti Sena se basa en la creencia de que es crucial para el desarrollo de la paz mundial, ya que cualquier sociedad verdaderamente libre debe ser capaz de manejar el conflicto en su seno con una consciencia despierta, sin recurrir a la violencia ni al miedo, para que ésta no se arraigue hacia una clase militar y por lo tanto pierda su democracia de este modo.

 

Una sena shanti está generalmente compuesta por voluntarios (aunque la Fuerza de Paz ofrece un sueldo de subsistencia para sus miembros), cuya misión es proporcionar medios creativos y constructivos para la prevención y el control de la violencia. Más allá de la intención de sustituir a una fuerza policial más tradicional, lo cual es lo más lejos a lo que llevó Gandhi su idea (sobre todo para el control de las graves divisiones comunales en la India), otros han observado que una sena shanti también podría enfrentar conflictos internacionales, especialmente en la manera en la que Khan Abdul Ghaffar Khan, a veces llamado el “Gandhi Fronterizo,” dirigió a casi 100,000 musulmanes pashtunes devotos, a ser el primer ejército no-violento en la historia mundial, prometiendo sencillez, la no-violencia y el respeto de obstruir la violencia de las fuerzas británicas de colonización en la India de la Provincia de la Frontera Noroeste (ahora parte de Afganistán y Pakistán, y todavía la sede de muchos conflictos). En 1957, posterior a la muerte de Gandhi (que iba a asistir a una reunión de fundación al día siguiente de su asesinato), su discípulo Vinoba Bhave estableció una importante Shanti Sena en la India, cuyo número se elevó a 6,000 miembros y proporcionó algún servicio durante la guerra fronteriza china de 1962, pero se desvaneció como grupo en la década de los años setenta debido a las divisiones políticas dentro del grupo.

En otras partes del mundo, desde la década de 1980, otros grupos de solidaridad internacional para obstruir la guerra y la violencia han continuado surgiendo sobre la base de desarrollar el sueño de Gandhi, incluyendo Las Brigadas de Paz Internacionales, Testigo para la Paz, Equipos Cristianos Pacificadores, Voluntarios para la Solidaridad Internacional y la Fuerza de Paz, que en la actualidad (primavera del 2010) cuenta con equipos de paz en cuatro países. Lo que estos grupos hacen solía llamarse pacificación, y la actividad de construcción de paz conocida como la Intervención de Terceros no Violenta ahora se conoce como mantenimiento de la paz civil no armada.

 

–       David Cotright, Paz: Una Historia de los movimientos e ideas, pp.: 310-313.

–       M.K. Gandhi, la resistencia no-violenta: Satyagraha, p. 86

–       Michael N. Nagler, La Búsqueda de un futuro no violento, pp.: 220-224.