Introducción
Nuestra Definición Funcional (en progreso):
La noviolencia es una fuerza absorbente que funciona en el ámbito social para unir a las personas, frecuentemente mediante la valiente resistencia ante la injusticia por una parte, pero por otra parte mediante rehusarse infligir sufrimiento. Esta fuerza, accesible para cada uno de nosotros por virtud de nuestra calidad de seres humanos, ocurre cuando resistimos pero no reprimimos los impulsos separadores tales como el temor y el enojo.
¿Qué es la No-Violencia?
Durante los terribles disturbios de 1992, el estado de Gujarat, donde residía Ghandi, un grupo “Hindú” descendió hacia un pueblo rural. La mayoría de los hombres del pueblo se encontraban afuera, en el campo. Las mujeres reaccionaron rápidamente, sin embargo, y ayudaron a sus vecinos musulmanes a esconderse del grupo invasor. Debido a que vivían mayormente en casas de campo de un cuarto, frecuentemente implicaba “esconderlos” a plena vista, debajo del altar doméstico. Los invasores entraron a una casa, gritando, “¿Estás escondiendo a un musulmán ahí?” “Sí,” respondió la mujer de manera calmada. Desconcertados, los hombres gritaron “¡Entraremos a capturarlos!” Luego la mujer digo, de modo igualmente calmado, “Primero mátenme, luego pueden entrar.” Esto sucedió repetidas veces, como si hubiese sido planificado. Casi todos los musulmanes en ese pueblo – y en otros – se salvó.
¿Cómo podemos explicar el poder de estas supuestamente impotentes mujeres para sobrellevar la amenaza de hombres armados que han aparecido en sus casas para asesinar?
El economista Kenneth Boulding, en su libro Las Tres Caras del Poder, denominaría el poder ejercido por esos hombres dementes, poder de amenaza, una fuerza coercitiva que puede resumirse como “tú haces algo que yo quiero, o yo hago algo que tú no quieres.” El poder de amenaza puede ser efectivo en la obtención de un resultado para quien lo ejerce, pero daña la relación y crea una distancia entre las dos partes involucradas. A largo plazo, siempre empeora las cosas. El segundo tipo de poder, el poder del intercambio, es básicamente neutral: “si me das algo que yo quiero, te daré algo que tú quieres.” Las partes involucradas hacen un trato mutuamente satisfactorio, nadie es coaccionado, y las dos partes no se distancian, ni tampoco obtienen mucha cercanía. Un tercer tipo de poder, el cual Boulding denomina poder integrativo, es el que las mujeres ejercieron en la historia narrada. Este tipo de poder es un poco más sutil resumirlo. Boulding lo pone de este modo: “Seré auténtico, y eso nos unirá.” Esto es la No-violencia.
Existe una fuente de amor y sabiduría en cada persona. Opera en distintos modos, en todo tipo de relaciones. En lo que se refiere a la vida en la relación del conflicto lo llamamos poder integrativo, o no-violencia, y despierta una respuesta profunda (que puede o no hacerse visible efectivamente) ya sea en un espectador o en un oponente.
La bióloga Mary Clark identificó tres necesidades fundamentales (más allá de las necesidades físicas de comida, ropa y albergue) comunes a todos los individuos humanos. Estas necesidades son las de vinculación afectiva, autonomía y significado. El efecto persuasivo de las mujeres Hindúes al demostrar su disposición a morir al lado de sus vecinos musulmanes ilustra el profundo poder de apelar a esta necesidad humana de vinculación emocional e integración con otros seres humanos. Esto nos proporciona otra buena definición de la no-violencia, para agregarle a la estipulada inicialmente:
La No-violencia surge de la conversión de un impulso negativo, tal como la ira y el temor, en acción constructiva. Puede cultivarse sistemáticamente, y en este sentido podríamos decir que la no-violencia es la ciencia de apelar a la necesidad humana de integración.
Michael Nagler proporciona esta ilustración en La Búsqueda de un Futuro No-Violento:
“Pienso en el enojo que Gandhi experimentó esa fatídica noche del 31 de mayo, de 1983, cuando fue sacado del tren en Pietermaritzburg a sólo una semana de haber arribado a Suráfrica. Esta no fue una irritación pequeña; de acuerdo a su propio testimonio, Gandhi estaba furioso. Eso, aunado con el hecho de que Gandhi es muy elocuente sobre sus experiencias internas, es lo que hace que este suceso – entre una vastedad de insultos similares que los seres humanos soportamos infligidos por nosotros mismos – un panorama tan importante que muestra las dinámicas de la conversión no-violenta. La primera clave que nos lleva a comprender cómo eventualmente cobró éxito, después de una noche de amarga reflexión, para idear una salida creativa, es que no tomó el insulto de manera personal; vio en él la totalidad de la tragedia de la inhumanidad del hombre hacia el hombre, la crueldad del racismo. No pensó “No pueden hacerme esto a mí,” sino, “¿cómo es posible que nos hagamos esto los unos a los otros?” La segunda clave es el estado de su fe en la naturaleza humana. En ese periodo, Gandhi ya que creía que la gente no podía mantenerse ciega hacia la verdad para siempre. Él no sabía todavía como despertarlos, simplemente sabía que no podían posiblemente desear permanecer dormidos para siempre. De este modo fue como encontró la tercera alternativa, en medio de las otras dos de salir corriendo a su hogar en la India y demandar a la compañía de ferrocarriles. Imaginen la locomotora anticuada, acarreando consigo un “defensor” de Durban desde las montañas hacia Pretoria, parado en la estación en Pietermaritzburg con una cabeza caliente. Podrías cavar más carbón o embotellar todo ese poder y pretender que no está ahí, hasta que finalmente explote, o podrías abrir las válvulas y escaldar a todos en la plataforma – pero seguramente quisieras usarla para manejar el tren. Esto es lo que Gandhiji estaba vivenciando con el poder emocional que se encontraba dentro de él por el cúmulo de insultos a los que se enfrentó desde su llegada al embarcadero de Durban. Eligió ni “embolsarse el insulto,” como él mismo dijo, ni insolentarse ante la fuente inmediata de dolor. Introdujo lo que iba a convertirse en el más importante experimento en cambio social en el mundo moderno.”
Partiendo de esta experiencia, Gandhi continuó desarrollando la noción de no-violencia activa como una forma de resistencia que denominó Satyagraha (literalmente “aferrarse a la verdad,” y algunas veces traducido como “fuerza de la verdad” o “fuerza del alma”). Una excelente descripción de Satyagraha puede encontrarse en la película de David Attenborough Gandhi, en el discurso que Gandhi le da a los hindúes y a los musulmanes indios, en el Empire Theatre en Suráfrica, luego de que el imperio británico aprobara leyes represivas que requerían, entre otras cosas, la toma de huellas de todos los Indios (el discurso en la película, aunque fiel a las intenciones de Gandhi, no es históricamente preciso, pero el evento lo es):
“En esta causa yo, también, estoy preparado para morir pero, mis amigos, no existe causa para la cual estoy preparado para matar. Sea lo que sea que nos hagan, no atacaremos a nadie, ni mataremos a nadie, pero no les daremos ni una sola de nuestras huellas digitales. Nos van a encarcelar. Nos van a multar. Van a despojarnos de nuestras posesiones. Pero no pueden quitarnos nuestro auto-respeto si no se los entregamos. Les estoy pidiendo que peleen. Que peleen en contra de su ira, no provocarla. No infligiremos golpes, pero los recibiremos. Y a través de nuestro dolor los haremos ver su injusticia. Y dolerá, como toda pelea duele. Pero no podemos perder. No podemos. Pueden torturar mi cuerpo, quebrarme los huesos, incluso matarme. Luego, tendrán mi cadáver, no mi obediencia.”
La Satyagraha de Gandhi se fundamentaba en el principio antiguo de Ahimsa, que es traducido al español como no-violencia, pero en el sánscrito original implica “el poder emitido cuando todo el deseo para dañar es superado.” Esto es porqué, en el abordaje no-violento hacia el conflicto, intentamos en lo mayor posible resistir errores sin resistir a las personas; es decir, sin desearles daño o hacerles cualquier cosa que ponga en riesgo su bienestar y satisfacción a largo plazo.
Para explorar la no-violencia a mayor profundidad, esperamos que explores nuestro sitio, le eches un vistazo a los recursos tales como el glosario, las Preguntas Frecuentes, la sección de filmes, los altamente populares cursos “webcast” del Dr. Michael Nagler, y los muchos otros recursos que esperamos añadir en el futuro sobre lo que Gandhi llamó “El poder más grande con el que la humanidad ha sido dotado.”